Una interesante ucronía sobre lo que habría pasado si los nazis hubieran ganado la Segunda Guerra Mundial.
Basil nos cuenta, en una interesante novela, con la ayuda de un narrador omnipotente, la vida que le habría esperado a la gente en caso de que los alemanes hubieran ganado la Segunda Guerra Mundial. Una de las cosas que más asombra es que muchas de las escenas mostradas en este libro podrían haber sido tomadas del régimen totalitario soviético de los años cincuenta. Están también las hipótesis lógicas sobre la explosión de la bomba atómica, que no sería Hiroshima, sino en Londres y la difícil relación de los arios con la raza nipona y las demás. La completa aniquilación de los judíos y la esclavitud de los negros y razas inferiores se sobre entienden. Los Estados Unidos Vasallos de América, nombre con el que Basil denomina a América, controlados en su totalidad, son cuna del surgimiento de una rebelión secreta que desemboca en unos ataques que desatan una guerra mundial nuclear, por otro lado, se culpa a los japoneses de atacar primero. Es muy probable que esta novela haya influido en pensadores y políticos de los años ochenta o noventa del siglo XX y en los representantes de la URSS y EEUU. Sería realmente horrible que en un mundo gestionado por una nación totalitaria surgieran un tipo de terrorismo dotado de armas atómicas. En la novela, el autor, lo cuenta con bastante sarcasmo, transmite una vida gris y demasiado controlada al estilo de 1984 de Orson Wells.
Hay un constante erótismo que orilla al personaje principal, Alfred Hëllriegl, que tiene una debilidad por las mujeres a poseerlas y desearlas como objetos sexuales. Primero se enamora de Ulla Frigg von Eycke ex comandante del campo de mujeres y esposa del jefe de la SS. Ella lo rechaza de forma muy agresiva cuando él intenta abrazarla en su propia casa donde el buscador de radiaciones terrestres ha encontrado una onda magnética que le anuncia la muerte del Führer. La mujer se convierte en su obsesión, la adora por su personalidad, por su valor social y su belleza. Luego, tiene una relación con Anselma cuñada de la hermosa y seductora Ulla, pero se da cuenta de que es observado por unos desconocidos. En el régimen nazi están prohibidas la perversión, la infidelidad y las orgías, por eso la gente influyente organiza encuentros secretos en sus casas e invitan a sus amigos, los cuales se comprometen a exhibirse del mismo modo en agradecimiento. Hëllriegel no tiene tiempo para reprocharle a Anselma su desfachatez porque hay un imprevisto ataque nuclear y se tiene que retirar a un búnker en compañía de los fisgones que lo han visto con Anselma.
Los encuentros sexuales de Hëllriegl continúan a lo largo de la novela, lo que lo convierte en una promiscuo Don Juan que no se resiste ante la presencia de las mujeres.
Un suceso importante es el motivo del viaje de Hëllriegl, pues hay una conspiración contra el Führer y, al final, muere el gran caudillo. El sucesor del Führer se ve en una situación muy complicada porque los nipones se enteran de la noticia y comienzan su ataque nuclear. Una gran parte de la novela cuenta el caos que ocasiona la revuelta contra el régimen alemán y el personaje principal hace un viaje hacia un lugar seguro. Le pide el profeta Gundlfinger que salve a un chico judío, Axel, que es en apariencia ario, pero por sus venas no corre una sola gota germánica. Está claro que ha habido un complot. Ivo Adolf Köpfler ha urdido un plan secreto para acabar con el Führer. Le aplica inyecciones que lo dejan en un momentáneo rigor mortis, luego se anuncia su muerte oficialmente y se le mete en un ataúd, sin embargo el gran Hitler se despierta y muere asfixiado en su caja. En este atentado hay varias similitudes con lo ocurrido en el régimen soviético, pues Hitler, al igual que Lenin, padece de esclerosis múltiple y se encuentra en un estado de demencia que aprovecha, en el caso de Vladimir Ilich, Stalin y, en el caso de Hitler, este usurpador Köpfler. De acuerdo a las ideas de Basil, un triunfo del régimen fascista habría terminado padeciendo los males del régimen totalitario soviético. Una cosa que se manifiesta en la búsqueda de Ulla por parte del protagonista Albin Totila Höllriegl es que ella representa, más que a la mujer del nuevo Führer, un ideal de lo germánico. Ulla es la representación de la fortaleza, el carácter y la belleza de la raza aria que le producen un deseo incontenible a Höllriegl. Quiere encontrarla de nuevo en el sepelio del gran líder, está dispuesto a soportar por ella, lo insufrible. Se obsesiona con el concepto de erotismo que ella representa.
El partido piensa por ti. Es una frase que se repite sin cesar. La gente controlada por el hermano mayor se ve indefensa cuando empiezan los franco tiradores a matar a la gente. Los rebeldes y el servicio secreto nipón que tramó su revolución previendo que estaba el final muy cerca y que el impostor Köpfler o podría tomar las riendas del poder. Hay una imagen aterradora en la que unos hombres acribillan y queman a una mujer y su hijo, el pequeño está o parece degollado. En su imaginación Höllriegl mata a todos los hombres que se entregan a la orgía sangrienta. Luego rescata a Ulla que ha sido violada y su hijo Manfred moribundo. Ante la gran fortaleza de los Heyke, en donde se llevaba a cabo la rebelión, había vehículos ruedas arriba. Erda la jefa del ejército juvenil para combatir rebeliones brillaba por su ausencia. Ulla se encuentra mejor, recupera el conocimiento. Höllriegl trata de localizar el bunker. No le quedaban muchas balas en su arma y unos hombres los persiguen para matarlos. La lujuria lo engaña, desea a Ulla, piensa en poseerla y al sentir su cuerpo magullado le despierta el deseo que él ha tratado de contener con todas sus fuerzas. Ulla solo repite las palabras: Negro Yugurta. Era sobre un pasaje de la historia romana.
En la última parte se describe un paisaje desolador en el que Hölriegl abusa tres veces de Ulla, alojados en un convento de reproducción de la raza aria. Claustro en el que se apareaba a las jóvenes con sementales y de esa forma se mantenía controlada la calidad de la raza.
La revisión burocrática tiene esa característica absurda de los regímenes que controlan al individuo con interrogatorios que llegan al hastío, pero que al obtener un documento oficial parece que ni siquiera son necesarios para la vida habitual. Tener los documentos en regla es ser feliz y el no tenerlos representa la amenaza de parar en un campo de concentración.
La novela termina con una especie de salvación para los personajes que viven en un mundo desolado, lleno de incertidumbre en el que no se sabe dónde está el usurpador, el nuevo Führer. El presentimiento de que los japoneses han tomado el poder del mundo gracias a sus bombas atómicas y de hidrógeno deja a los personajes atónitos. Al final Höllriegl se transforma en Yugurta y Ulla en Sigga, son dos seres que van en busca de un lugar libre de radiación, alejado de los japoneses. El único territorio que queda es la lejana Alaska allí están destinados a perecer mientras la gran construcción del Reich se desmorona sin la presencia del Führer y Kopfler.
La historia está contada de forma lineal. Empieza con la misión de Albin Totila Hölri, quien busca radiaciones humanas terrestres. Descubre que hay indicios de que Hitler haya muerto y empieza la búsqueda de la verdad. Höllriegl está obsesionado por las mujeres, las cuales representan algún aspecto del régimen germano. Ingrid es la mujer habitual con quien el personaje se relaciona de vez en cuando, sería la típica representante del género femenino en la historia. Luego está, Ulla que es una mujer de más de cuarenta años, pero representa a la Alemania madura, realizada, bien casada y con hijos. Su aspecto es excitante y provocador, no hay hombre que se le pueda resistir porque es la patria triunfante. Viene luego, Anselma la cuñada de Ulla que sería la representante del estrato más alto de la sociedad. Una mujer guapa, pero que carece de los encantos que tiene la diosa de ámbar. Aparecen otras mujeres que serían parte de la sociedad común: una chica activista del partido, una anciana y una mujer madura entrada en carnes que solo logra despertar un poco de tentación.
A lo largo de la historia se habla del atentado con las bombas atómicas. Los nipones se han rebelado contra sus aliados, conspiran contra Adolfo Hitler y logran liberar a las masas oprimidas. En un ambiente gris desde cualquier enfoque, hay una fuerte crítica a los regímenes totalitarios que tienen la desgracia de fracasar. La novela podría ser mucho más interesante si el autor hubiera desarrollado más escenas de los nazis y los nipones. La impresión que nos deja a los lectores es que si hubieran ganado la Segunda Guerra Mundial los alemanes, su poder no se habría conservado y, tarde o temprano, habrían perdido el control del mundo.